Hasta que el bebé comience a gatear y ensuciarse en el suelo, no es necesario un baño diario. De hecho, tu recién nacido solo necesitará un baño dos o tres veces a la semana: al principio un baño de esponja, hasta que se cure el muñón del cordón umbilical (aproximadamente de una a cuatro semanas después del nacimiento), luego un baño de bañera para bebés y finalmente baño con bañera, cuando el bebé pueda sentarse por sí mismo). A continuación, te damos algunos consejos para que los tengas en cuenta en el momento de darle el primer baño a tu bebé: los primeros baños de tu bebé1. Establece una rutina a tu bebé Ya sea que estés bañando al bebé todas las noches o alternando entre el tiempo de la bañera plegable y los baños de esponja o limpiezas rápidas, la rutina ayudará a configurar el reloj corporal de tu bebé ("Mamá o papá me dan un baño, eso significa que es casi la hora de acostarse"). Sin embargo, debes posponer el baño si tu bebé tiene hambre, dolor de barriga o está gruñón; eso no sería bueno para nadie involucrado. Y ten en cuenta que, si bien los baños de la hora de acostarse son relajantes, está bien si otra hora del día funciona mejor para ti y tu bebé. 2. Reúne los suministros para tu bebé Ten todo lo que necesitas al alcance de tu mano antes de comenzar (de lo contrario, tendrás que recoger tu medio bañado recién nacido desnudo para buscar lo que hayas olvidado). Lo esencial incluye jabón y champú para bebés (o un producto doble), uno o dos paños de algodón, una manta, una toalla o dos, un recipiente de plástico lleno de agua tibia, y tu pareja o un amigo o pariente listo con la cámara, especialmente si es el primer baño del bebé. También es posible que necesites otros artículos de higiene, como un pañal limpio, ropa limpia, cremas de pañales o crema para después del baño. 3. Mantén a tu bebé caliente Los bebés pierden calor corporal muy rápido, especialmente cuando están desnudos, así que asegúrate de que la bañera esté lo suficientemente caliente, entre 75 y 80 grados, antes de empezar (puedes subir la temperatura de la habitación dejando la ducha caliente abierta por unos minutos). Ya sea que esté usando una bañera para bebés o un lavabo, llénalo primero con suficiente agua para cubrir la parte inferior de su cuerpo. Nunca pongas a un bebé mientras el agua todavía está funcionando. La temperatura del agua debe ser cálida, por lo tanto, pruébala con el codo o la parte interior de la muñeca, ya que esas áreas son más sensibles que las yemas de los dedos. 4. Sostén a tu bebé de la forma correcta Suavemente desliza a tu bebé en la bañera, coloca los pies en primer lugar, sujétalo firmemente con uno de tus brazos debajo de su cabeza y el otro sosteniendo su trasero. Puede ser resbaladizo como un pez, pero pronto aprenderás a agarrarlo. Una vez que esté dentro, evita dejarlo reposar durante demasiado tiempo en el agua, ya que puede irritar su piel, además de que podría enfriarse. 5. Enjabona a tu bebé con moderación Usa un jabón suave en sus manos y en el área del pañal cuando bañes al bebé. Puedes usar agua en el resto de su cuerpo casi todos los días, a menos que esté realmente sucio. 6. Enfócate en la cara de tu bebé primero
Sumerge una esquina de una toallita o una bolita de algodón en el agua tibia, y limpia suavemente un ojo desde la esquina interior hacia afuera. Usando una esquina diferente del paño o una bola de algodón nueva, limpia el otro ojo. Humedece la toallita por completo y lava la cara de tu pequeño, especialmente alrededor de la boca y debajo de la barbilla, donde pueden acumularse la leche y la baba, y dentro y detrás de las orejas. (Nunca uses un bastoncillo de algodón para limpiar las orejas de tu bebé.) De ser necesario, puedes usar un poco de jabón en la cara de tu bebé. 7. Lava el cuerpo del bebé Sumerge la toallita en agua tibia y lava el cuello y el torso de tu pequeño. Maniobra con cuidado alrededor del cordón umbilical si todavía hay un muñón; está bien limpiar suavemente cualquier costra a su alrededor. Luego, limpia debajo de sus brazos y entre sus dedos. Asegúrate de meterte en esos pequeños pliegues de la piel. 9. No lo fuerces Si tu bebé odia absolutamente el baño en la bañera, vuelve a los baños de esponja durante unos días, luego intenta de nuevo. Él lo entenderá eventualmente. 10. Mantén a tu bebé a salvo Nunca dejes solo a un bebé en la bañera ni cerca de ella, y siempre mantén al menos una mano sobre su cuerpo en todo momento. Esos son pequeños detalles que pueden facilitar la vida a los padres primerizos. Pero si lo que realmente quieres regalar son soluciones y tiempo libre a esos padres, regala una caja del hogar “Bienvenido al mundo”. Son múltiples lo servicios a los que pueden acceder los padres, desde limpieza del hogar, pintura, servicios de canguro, etc. Compra ya la caja “Bienvenido al mundo” y sorprende a los nuevos padres con soluciones para su hogar y el bebé. Los comentarios están cerrados.
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